Desde Castro, Chiloé
Taller de Violoncello
Nuestro Taller de violoncello cuenta con 16 estudiantes que tienen entre 9 y 16 años de edad.
Para mi trabajar con los estudiantes va mucho más allá de enseñarles a tocar un instrumento. El aprendizaje del cello los confronta con sus emociones por lo que es una herramienta que ayuda a que avancen en su autoconocimiento. Muchas veces la clase se transforma en una instancia de diálogo donde intento entregarles herramientas para poder gestionar por ejemplo la frustración.
En otras oportunidades es un espacio donde pueden contarme de sus experiencias del día, sus preocupaciones, sus penas, sus alegrías, es ahí donde buscamos juntos la forma de canalizar esas emociones a través del sonido, de la música.
Nuestra sala es un espacio físico armonioso donde están sus dibujos, sus cartas, con una hermosa vista al mar que siempre resulta inspiradora. Nuestra hora de clases es un espacio de confianza donde trabajamos con alegría de acuerdo a las capacidades y al ritmo de cada uno de ellos.
Mis estudiantes tienen clases individuales de una hora de duración una vez a la semana. En sus clases trabajamos con diferentes métodos que les ayudan a avanzar en la ejecución de su instrumento. También abordamos repertorio y las obras que deben tocar en sus respectivas orquestas.
Cada uno de ellos participa en alguna de las agrupaciones de nuestra Academia. Los más avanzados forman parte de la Orquesta Sinfónica juvenil, otros forman parte de los elencos de la Orquesta Intermedia o Inicial. Considero que esto es muy importante ya que es en la práctica orquestal donde aprenden a trabajar en equipo.
Quienes forman parte de la Orquesta Sinfónica asisten además a un ensayo de fila (solo cellos) cada semana. Ahí es donde buscamos que el sonido grupal se unifique, que el grupo logre sonar como un solo gran instrumento. Me gusta promover en cada instancia de aprendizaje que nos entrega la música, la autosuperación y no la competencia.
Algunos de mis estudiantes se han dedicado profesionalmente al Cello, otros han estudiado o estudian actualmente otras carreras y tocan en las orquestas de sus universidades, algunos han logrado con esfuerzo comprar su propio instrumento y recurren a él para conectarse con ellos mismos. Cada uno ha seguido su camino, pero todos coinciden en que su paso por la academia fue muy importante en su formación. Por eso siempre vuelven y comparten su experiencia con los estudiantes nuevos, lo que resulta muy enriquecedor para todos